Un cliente, a quien llamaremos Juan, es gerente de operaciones de una gran empresa en el rubro de alimentación. Su día a día está lleno de retos, que supera con éxito. Sin embargo, a pesar de dominar su área perfectamente, Juan sufre cada mes cuando debe presentar ante el Comité de Directores.
En una reciente reunión, no fue capaz de transmitir sus excelentes resultados e ideas futuras. Transpiraba, se le secaba la boca, hablaba muy rápido y se equivocó al responder sobre un dato básico, generándole altos niveles de angustia.
Al salir, se sintió frustrado: había perdido una gran oportunidad para destacarse y destacar a su equipo, lo que fue confirmado por su jefe, el CEO de la compañía cuando le dio feedback.
El momento de cambio:
La empresa de Juan me contactó con el objetivo de entrenarlo para “llegar mejor preparado a las reuniones”. Después de conversar con Juan largamente, lo animé a reenfocar su objetivo de entrenamiento a “disfrutar cada vez que hable de su trabajo, independiente de la audiencia, transmitiendo pasión y lo que realmente siente”.
Como dice Simon Sinek: "Habla con pasión y la gente olvidará tus errores." Y Juan lo tomó como un mantra.
En qué hemos trabajado con Juan:
1️. Claridad del mensaje que quiere transmitir.
Aunque parezca obvio, muchas veces se entregan datos y no se dan las conclusiones, esperando que la audiencia se dé cuenta por sí misma. Este fue uno de los primeros aspectos a abordar: cada dato tiene un significado. ¿es bueno o es malo?
2. Creer en su mensaje.
Cuando Juan tuvo claridad y certeza de que su mensaje era relevante, su energía y entusiasmo se reflejaron automáticamente al hablar de ello.
3. Esfuerzo en “mostrar” a la audiencia.
Juan aprendió a vivir cada lámina de su presentación, transmitiendo con su lenguaje corporal y su voz lo que realmente significa cada dato.
4️. Control de la ansiedad:
Practicamos varios trucos que permiten controlar la ansiedad en forma previa y/o durante la presentación .
El Resultado
En su siguiente presentación, Juan se sintió más seguro y habló con convicción. El feedback fue muy diferente: los directores destacaron su evolución y sintió que su mensaje había llegado.
Si bien no puedo decir que Juan superó complemente sus debilidades al enfrentar al directorio, puedo afirmar que tiene las herramientas que necesita para seguir avanzando por sí mismo, y lo que es más importante, las está aplicando con éxito.